La historia cuenta que los logroñeses sobrevivieron al asedio solo con pescado, el resto de las provisiones fueron utilizadas  para engordar al último bovino que quedaba  y poder enseñarlo a los enemigos como muestra de resistencia y fortaleza. Este momento es traído a las fiestas de Logroño con la comida de pescado frito pan y vino que ofrece la cofradía del Pez en la calle once frente a la Muralla de Revellín. En este mismo sitio se hace una ofrenda floral, presidida por un pregonero encargado de exaltar los hechos de ese día victorioso para Logroño.

En los alrededores de la muralla medieval se dramatiza el asedio de la ciudad por parte de tropas franco-navarras. Durante el acto las personas se visten con ropa de época, se instalan campamentos y un mercado renacentista en el casco antiguo.

En la calle Portales frente al antiguo ayuntamiento se coloca el tradicional arco del triunfo para recordar el voto a San Bernabé; cuando los logroñeses casi ceden terreno al enemigo por falta de fuerzas, pero fueron rescatados gracias a la intervención de las tropas del Duque Nájera. Muchas vidas se perdieron, por eso el día de las fiestas de Logroño se ofrece una solemne misa en honor a esas personas.

Otros actos que componen las fiestas son; desfiles de gigantes y cabezudos, dianas y banderazos. Ese mismo día hay corrida de toros gratuita.